Cuaderno de Notas | Assouline. Familia, glamur y libros

En un primer momento pensé en dar con los boletos aéreos a las ciudades o lugares de la colección Travel Series. Ver precios, solo eso. No sé por qué me parecía un buen punto de partida, es decir, o viajar hasta Mikonos, la Riviera ateniense, Montecarlo, St. Barths, Bali, Capri, La Toscana, Sicilia o La Costa Amalfitana o que estos lugares llegaran a mi biblioteca.

El balance no tenía sentido. No es a esto a lo que se dirige una de las editoriales más lujosas del mundo. O tal vez sí.

Assouline es la editorial de Martine y Prosper. El apellido le da nombre a lo que es mucho más que un catálogo de libros. Ella estudió Derecho en Francia y creció en Perú, donde pasó su adolescencia. Nieta de una abuela de origen ruso y griego y de otra puertorriqueña, Martine nació en Costa de Marfil. Él, de origen marroquí, francés y director de arte para el área de moda y publicidad. Se conocen en París. Se enamoran, se casan. Fundan una editorial en 1994. Se cumplirán 30 años en 2024.

El estilo de vida de este matrimonio cosmopolita es el fuego que alimenta todo lo que hacen. El catálogo de Assouline contiene la vida glamorosa de esta familia asentada en Nueva York y amante de lo bello.

Viajes, muchos viajes, arte, arquitectura, música, cine, moda, gastronomía, joyas, coches, barcos, rutas, hoteles, personalidades del mundo del espectáculo, de la política, del arte, de la moda, todo el lujo es bienvenido en sus libros.

Dos ejemplos. Lee Radziwill, hermana de Jacqueline Onassis, de cuyo libro Happy Times se han vendido unos sesenta mil ejemplares desde que aquella llamó a Martine para reunirse y esta le dijo que se fuese a París con una maleta llena de recuerdos. Radziwill llegó con tres.

El libro es su álbum personal. Martine coincidió, en un torneo de golf, al que el director de Cartier la había invitado, con Isabel II. De ese encuentro nació el libro The Queen’s People, un archivo especial sobre la indumentaria real y todos aquellos comprometidos en los prolegómenos de la vestimenta.

Este par de títulos, como otros tantos, pertenece a la colección Ultimate, cuya manufactura es artesanal, los materiales son escogidos por la propia Martine y siempre incluye guantes blancos y un estuche de edición limitada que constituye por sí mismo un objeto coleccionable.

La familia no escatima en fotógrafos, investigadores, especialistas, diseñadores, y todos aquellos que participan en la producción de cada libro de Assouline. Por cierto, para Martine el lujo «es prestar atención a los detalles: escoger un determinado papel, un tejido, el tipo de letra… Eso es el lujo. Los detalles.» Le dice a Eva Millet en Magazine.

Todo comenzó en un lugar mítico de la cultura europea que es la Costa Azul, en un hotel legendario que hospedó a Picasso, a Chagall, a Braque, a Matisse, a Calder y a tantos otros. La Colombe d’ Or, en Sant Paul de Vence en la Riviera Francesa, comenzó siendo una cafetería y restaurante en donde se podía estar relajada y despreocupadamente.

Las conversaciones en un buen café surgen como la cremosidad de la leche bajo la lanza de vapor.

Un hotel que ha pertenecido a la misma familia francesa desde los años 30 del siglo pasado y que los Assouline visitan asiduamente. El libro del mismo nombre inauguró la editorial. Fue algo surgido por el amor a la familia Roux, propietaria de La Colombe d’ Or; a la cultura que se respira y se ve en el lugar; a lo que significa el agradecimiento de poder estar ahí. Entre tantas historias y anécdotas hay una que se repite al dar con entrevistas a Martine.

Los artistas solían pagar las noches en el hotel con sus obras. La Colombe d’ Or amaneció un día sin las pinturas de Picasso o Matisse o Braque y de cuanto pintor pasó por sus habitaciones. Se cuenta que Chagall se enteró de aquello y fue hasta el hotel y se llevó una sorpresa que lo enfureció: los ladrones solo habían dejado un cuadro sin hurtar, uno de su autoría. Para Chagall eran ladrones de mal gusto. Las pinturas fueron recobradas poco tiempo después.

Catálogo Assouline

Assouline es una empresa familiar: Prosper, Martine y sus hijos Sebastien y Alex. Estos últimos se han encargado de expandir la marca. Assouline colabora con interioristas y diseñadores, marcas internacionales, productos que llevan consigo la impronta de la editorial sin desdibujarla y que son signos de buen gusto y elegancia.

En sus tiendas de Londres, París, Seúl o Nueva York se pueden encontrar velas que acompañan la colección que para este lector es la más atractiva, Travel Series. Por cierto, Zara y Gucci colaboran con Assouline en diversas aventuras. La biblioteca de Assouline (muebles y libros) se puede comprar por completo con la asesoría de los propios editores por 120.000 dólares.

Me animaré y, con el libro Tuscany Marvel en mis manos, le daré una mirada a los boletos para Florencia.