Una historia francesa que comenzó en Margarita
La perla de Blanca, una novela breve y hermosa publicada en la madurez, sorprendió a la crítica francesa. Ahora está en Venezuela, con Editorial Dahbar.

Nicole Landau esperó a tener más de sesenta años para publicar su primera novela. La hizo breve y precisa, hecha de hilachas de recuerdos e imágenes que flotan como en un sueño, y la dejó correr por varias generaciones entre los montes Cárpatos, la isla de Margarita y París. Y dejó abierta la duda de cuán autobiográfica era. A la crítica francesa le gustó, como le había gustado a ese símbolo de Francia que es la editorial Gallimard, que la había publicado en su sello L’Arpenteur.
Ahora, con traducción de la académica Caroline Bosc Bierne de Oteyza, Editorial Dahbar trae a Venezuela esta historia que comenzó ahí, La perla de Blanca, en el sello Dahbar, que contiene otras piezas fronterizas entre la ficción y la realidad, o entre los géneros, como La nube de Menena Cottin. Pero aquí hay una voz diferente, la de una mujer que desciende de criadores de caballos de Asia central, mercaderes del Mediterráneo y una indígena guaiquerí, una mujer cuyos mayores conocieron la fortuna la miseria, la paz y la guerra, el amor y la desgracia.
La perla de Blanca es la segunda traducción que realiza la editorial, después de El ladrón de recuerdos, de Michael Jacobs.