Cuaderno de notas: Fiordo, la editorial de un pájaro con bufanda

La editorial Fiordo cuenta con un catálogo lo suficientemente sólido, unos lectores y libreros cautivos como para mantener la calma de aquel pájaro con bufanda al viento.

Fiordo

Cuaderno de notas es la columna de Harrys Salswach

13 de mayo del 2022
Por Harrys Salswach

La editorial Fiordo contó con puntería afinada al poco tiempo de comenzar su proyecto. Adquirieron los derechos de Stoner, de John Williams. Sería la décima publicación de la colección de ficción. La del norteamericano es una de esas novelas memorables que siguen siendo un hallazgo cada vez que caen en manos de un lector. Y es que Stoner es la confirmación de lo que suele decirse: «un libro no leído siempre será una novedad». En tal paradoja reside —podría aventurarse— un rasgo superficial de los clásicos. Y el libro de este escritor de Misuri es una de las grandes novelas del siglo XX. El entusiasmo me puede: de todos los tiempos.

¿Cómo nació el logo de la Editorial?

Los Fiordos más hermosos se encuentran en Noruega. Valles inundados por el derretimiento de glaciares se convierten en lagos de extraordinaria belleza. Las aves suelen planear sobre sus aguas tranquilas y heladas. El logo de la editorial es un ave que luce una bufanda al viento sobre una rama.

Tanto Julia Ariza como Salvador Cristofaro, lectores voraces y editores de Fiordo, conocían el éxito de la novela de Williams cuando fue rescatada del olvido por Vintage y por New York Review of Books en 2003 y 2006 respectivamente, luego de cuarenta años de haberse publicado originalmente.

Comenzar un proyecto editorial que responde al mero gusto por la lectura, al deseo de que la propia pasión por ella recorra otros caminos fuera de la biblioteca personal, de compartir los descubrimientos y el asombro ante libros de autores lejanos y desconocidos, con la llegada de un título que trae beneficios comerciales y apuntala el reciente catálogo en librerías y lectores, es una bendición. Y si sumamos que la editorial surge en una Argentina convulsionada —¿ha habido otra en los últimos cuarenta años?— donde los vaivenes políticos, económicos y sociales sacuden a la población cada tanto, cumplir una década editando libros es una hazaña extraordinaria.

Julia Ariza es historiadora del arte. Salvador Cristofaro viene del mundo de la fotografía. Creo que estos datos son importantes para entender la cualidad estética de los libros de Fiordo. No suele ser común, fuera de la angloesfera, que los diseños de las cubiertas consideren el libro una completitud en sí misma, como si cada título abriera y cerrara su propia colección. Es decir, la imagen, el título y el texto de contraportada suelen redundar en la hispanoesfera (es lo habitual) y compartir un «carácter» gráfico.

La importancia de la imagen para Fiordo

Fiordo exhibe cubiertas singulares que emergen de la personalidad del libro, de su unicidad e identidad propias, y aun así, son reconocibles como títulos de la misma editorial. En el caso de la narrativa la acotación típica anglosajona «a novel» señala el género porque los títulos de no-ficción comparten el atractivo gráfico. Este diseño explosivo y «bestsellerizado» convierte los títulos de Fiordo en un foco de atención en cualquier vitrina, mesa de novedades o estantería, y vaya si hay que captar la mirada del público en un mercado en el que el ritmo de novedades abruma a cualquier lector.

Sin embargo, la editorial Fiordo cuenta con un catálogo lo suficientemente sólido, unos lectores y libreros cautivos como para mantener la calma de aquel pájaro con bufanda al viento. Autores como Joyce Carol Oates, Al Alvarez, John Williams, Anne Carson, Joan Didion, J. G. Ballard, Michael Cunningans, Hilary Mantel, entre otros, conforman una geografía inesperada en un mercado que suele responder a lo local.

Es extraordinario que una novela de recatada grandeza, de anodina épica, de embriagador aburrimiento, de apacible desventura —como los fiordos— gane lectores y le abra paso a otros libros que brillan por cuenta propia.

Stoner es como un glacial que hace posible un fiordo, en este caso, una nueva geografía libresca. Ya había sido editada en España por una pequeña editorial canaria, Baile del Sol, con un éxito cuyos beneficios han sido muy parecidos a los obtenidos por Fiordo Editorial. Pero he aquí que el mismo idioma en el que se malentienden las dos orillas impone una nueva traducción del inglés a cargo de Carlos Gardini, traductor de Kurt Vonnegut para otra editorial también argentina, La Bestia Equilátera. Y es así como Stoner es una novedad en todo sentido. Una novela que le ha aportado a Fiordo Editorial unos treinta mil ejemplares vendidos: un lago en el cual navegar con tranquilidad.

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